31/8/08

vuelta onomástica, por Ramón Ce Oyarzún Soto






Vankilsny y Karemi caminaron en silencio largas horas apenas iluminados por una luz lejana y fría que les hacía largas las sombras y estiraba el silencio que les desconocía cada vez más. Alcanzando el borde del cráter, Vankilsny, que iba atrás, se quedó detenido mirando largas horas cómo Karemi marchaba trabajosamente y colocaba sondas cada tantos metros. En el límite del cráter la luz del sol era más fría. En un momento ya no pudo ver a su compañero y esperó un par de días hasta que Karemi apareció lejano, incluso para los binoculares, por el otro extremo del cráter que ahora parecía moverse imperceptiblemente cual engranaje de reloj mecánico. Se saludaron con una parca inclinación de cabeza, como dos personas que se conocen escasamente se hubieran reconocido en cualquier ciudad de la tierra. Ahora la luz mortecina del planeta azul les iluminaba enmudecedora. Vankilsny emprendió la marcha mientras Karemi se sentaba, casi en éxtasis, donde habían esperado. El imperceptible promontorio se habría de llamar el hito Van-Karemi en lo sucesivo. Las sondas fueron encendiendo sus luces rojas y cálidas y al cabo de los días la atmósfera del cráter comenzó a hacerse luminosa y respirable. Las naves de rescate se detuvieron en ese mismo punto. Los trajes estaban silenciosos, los ojos habían dejado de explorar, de vivir, y se habían vuelto blancos, lejanos, plenos de un dolor y un límite incomprensible; ante los exámenes de sensación y percepción no respondieron, como si les hubieran raptado el alma y dejado dos carcasas vacías, dos naufragios de cuerpos en vez de exploradores que instalaron la primera atmósfera en la luna.

En el desierto de Nevada, el medium Clark Terry intentó acceder a la línea directa con los consejeros espirituales que hablaban hace trece generaciones con su familia, pero una luz negra lo previno; no podemos hablar más... Un desastre de proporciones incalculables sucedió en el universo, una expedición a la luna ha despertado a Espacio.

La doctora Callias estuvo varias semanas sin dormir, no se cansaba de analizar los datos de los astronautas y les visitaba a diario... Algo en lo profundo del alma le decía que lo que pasó con ellos era sólo el principio, que algo muy malo estaba a punto de sucederle a todos.






pintura de Eduardo Alvarado









22/8/08

ulterplanos, por Ramón Ce Oyarzún Soto






En la segunda cuenta del año lunar los chacras comenzaron a rodar vertiginosamente. Para la tercera cuenta comenzaron a detenerse, esa fue la época de las grandes masacres y del nacimiento de las colonias extraterrestres. Hacia el final de la era se evidenció que para algunos, los ciclos-chacras comenzaban a girar despaciosos en dirección contraria, se intercambiaban y cambiaban de color. Pero de un modo contrario al conocido hasta entonces. Algunos maestros muy realizados alcanzaron a desintegrarse en esta nueva disposición enérgica de la corriente de vida para advertir que no fueramos hacia esa dirección, que ese fundirse con Espacio era alimentar la parte de individuación, el ego, que como todos, sufre Espacio y que se ha dado en llamar dios. Pero no les hicieron mucho caso hasta que varias generaciones de místicos se hubieron deshecho en la conciencia dual creciente de Espacio y este ego omniabarcante decretó claustro a los humanos y con sus ventiscas angélicas barrió las incipientes colonias de los nueve planetas y propugnó guerras fraticidas en la madre tierra. Peor que durante la inmadurez industrial, el planeta sufrió y los humanos nos vimos reducidos casi hasta la extinción. Pero sobrevivimos. Algunos de nosotros aprendimos la reversión lenta y trabajosa del ciclo-chacra y formamos los sotenedores kármicos. Nutrimos y educamos a los nuevos niños como plantas y fuimos entregando nuestra fuerza vital al ajado planeta que se reponía y volvió a engendrar no sólo hombres sino que toda gama de seres sintientes. Se reestableció lenta y penosamente la noosfera y las capas vitales cubrieron calladamente al planeta durante casi tres ciclos de cuentas lunares. Los que crecieron leyendo la conquista del espacio y la furia de dios como leyendas se sintieron ufanos y poderosos. Aprendieron la transmutación de conciencia e investigaron en proyección astral. El tiempo no había pasado en vano y Espacio era cada vez más subordinado a dios. Estas intrusiones y el afan de comprender y conocer de los grupos de sostenedores más jóvenes fueron el caldo de cultivo de esta última guerra.




Extracto de los diarios de La Altai V el sostenedor loco










15/8/08

Mirar sospechando Ver, por Ramón Ce Oyarzún soto




Informe de la comisión de observación mántrica de reverberancias ultrasónicas del cinturón Kuiper Sur.


Gustaba de escuchar música de trovadores humanos del siglo 20, uno de esos vicios que nunca se la habían quitado. Esas almas estaban confundidas sin embargo lograban alturas increíbles de belleza y dolor hermano. Esas son cosas que no puedes medir sino subjetivamente, Atrasia, está bien tu fascinación con los humanos del tercer planeta, pero... Atreme abría sus pupilas aún más si fuera posible y leía en el aura de su gemelo las furias y las muertes de millones de esos humanos que se atrevieron a desafiar a Espacio aventurando sus conciencias y almas en el frío infinito, las agonías de los que poblaron los planetas del sistema solar y mirando las burbujas de sonido que se reproducían en el espacio a libre voluntad de su hermano, sabía de los dolores de esos cuerpos humanos atravesados por guerras y asesinatos. De haber estado ahí yo también habría intentado escapar, ¿sabes? Pues sí, como si fueran lo mismo, sabían y sentían igual, sufrían, si es que se podía conocer un sufrimiento distinto al apego y a la memoria, unidos, indisolublemente ligados por su creación. Superar los límites de la espera... ¿Dices que también te habrías cansado de esperar milagros y que al cabo de escasos miles de siglos habrías intentado esta guerra? Pues tal vez es lo planeado. Nada está planeado, sólo la espera. Suenas como esos trovadores enamorados y fantasiosos que te gustan tanto. Allí no hay ninguna entretención y el juicio es tan severo, los mínimos destellos de belleza duran tan poco. Y la espera, claro. Atrasian, eres la parte de la acción, eres la espada segadora que arrasó las colonias marcianas. Pues sí, y tú investigas.. ¿Sabes algo de esos sostenedores kármicos... Esos "aprendices de guerrero"? Sólo les he visto, tal como tú, observando y esperando, atisbando nuestra ventisca, casi como conociéndonos, casi como fotografiándonos. Suena a locura, ninguno podrá nunca vernos, ver a los ángeles, es necesario Ser Espacio para ver...; ¿y?, suena a una especie de milagro, han crecido tanto y tan incompletos que de tanto estrujarse las materialidades energéticas por información se están transformando paulatinamente en Espacios..., como que de tanto estar en el límite lo expanden y lo son... Esas especulaciones, nuevamente; búscalos y deja los límites tranquilos.

Una vibración imperceptible de ultrsonido les escuchaba. Sabemos qué son y sabremos cómo atraparlos.










7/8/08

Neckeriana, por Ramón Ce Oyarzún Soto





Latvia aparecía en sus sueños a veces como una protectora presencia o como una súcubo implacable sedienta de su simiente. A pesar de estar al otro lado del sistema solar estaban indisolublemente ligados y parecía que conversaran y hasta se besaran eternamente en los escasos momentos que se permitía para gatillar el reflejo fisiológico de relajación. El cometa alcanzaría el círculo externo en escasos parzecs y ese momento de máxima lejanía respecto a su planeta raíz era el más temido y donde sabrían si el experiemento funcionaba o no. En pocos nanosegundos se autoinduciría en una estasis de la que sólo habrían de arrancarlo en el próximo perihelio del cola fría 9872-65. Los pesqueros se aproximaron cambiando rápidamente de modo de vuelo a hipergravedad y la cápsula disminuida que le encerraba fue removida sin novedad. Es un momento grave para la humanidad. Su misión no marchó para nada de acuerdo a lo esperado. La conflagración de infinitos eventos pueden haber incidido en la disolución temprana de Latvia y el retiro progresivo de los sostenedores kármicos al polo magnético del planeta. No sabemos nada de ellos hace un tiempo indeterminado. Los confusos sueños con selvas progresivamente más decoloradas hasta la pérdida total de la existencia volvían despacio y punzantemente a su nuevo cerebro. Se está acostumbrando a pensar, pero verá que sus habilidades síquicas están imposiblemente perdidas. 9872-65 sucedió ser una singularidad. Saliendo del cinturón de Kuiper pasó la frontera Eris y se eclipsó en una especie de hibernación por al menos 100 veces su perihelio esperado. La inteligencia le volvía punzante y los pensamientos todavía eran cifras que no reflejaban emociones. Había estado en estasis al menos treinta veces treinta vidas. El mundo e incluso el hombre que le hablaba eran tan lejanos a su estado humano de evolución que no alcanzaba a calcular. ¿Sigue siendo mi planeta raíz? Una pregunta donde asomaba la confusa emoción de la memoria; pues sí. La verdad es que en el tiempo de eclipse de su cometa guía el espacio dejó de expandirse y los ciclos sólo fueron calculables por los relojes atómicos del siglo XX, una tecnología tan primitiva que necesitaba sólo la bidimensionalidad para funcionar fue la única que no colapsó. Como ya se habrá dado cuenta este planeta raíz es el suyo y otro. Hoy estamos en guerra, y todo lo gatillarón uds por seguir los experimentos de Urlov y sus teorías del tiempo. ¿En guerra? Sí, contra el espacio, una guerra sacra y maldeísta podría llamarse. Esperamos que se integre a nuestro bando, pero le advierto desde ya, es una guerra fútil. Como todas las guerras. Pero esta es la última, ya se enterará. ¿Y Latvia? Todavía la sueño. Y no dejará de hacerlo. Los ojos del hombre hablándole cambiaron de una desidentificación emocional a una profundidad plena de temor y temblor. Un golpe eléctrico de transmisión de sabiduría lo aturdió devolviéndolo al vacío del que le habían sacado momentaneamente.










1/8/08

Láricos, por Ramón Oyarzún





Matteo legó a Macao su espíritu en una urna llevada por los silhak. Un escriba taoísta que se hacía llamar Boddhi Hangul luego de la eterna guerra visitó esa tumba, la verdadera tumba y no el memorial que había sido arrasado junto a Beijing en las primeras escaramuzas nucleares de los treinta mandarines. Gracias a una copia de un cheonhado conservado en un subterráneo de Londres el escriba dio con las cenizas del jesuita-confucionista que había cifrado sus profecías en los mapas circulares entregados a Yi Su gwang. Algo mosqueado y sin darle mucha importancia el espíritu se sacudió el polvo del mundo espiritual y escuchó los requiebros rituales y las fórmulas de cortesía que el taoista presentó. ¿Qué pasa?¿Ha explotado el mundo y se ha reducido la población al nivel necesario? Pues, sí, así ha sido. Pero eso pasó hace mucho tiempo. Ricci levantó su estudiosa ceja y dijo que en ese caso mejor le dejaran seguir leyendo, en Agarta había mucho trabajo y los especialistas llegados al mundo espiritual en los últimos milenios dejaban muchas dudas respecto al rigor de su formación, que fuera al grano. Boddhi Hangul fue muy claro, cortó de un mordisco su pulgar, trazó un carácter en el aire y la dimensión amplia del cuarto se iluminó para que el espíritu se pudiera ver a sí mismo como una parte del mapa. Entonces comprendió que el taoísta era una entrada, observó los colgantes en su mano, cabezas americanas preincásicas, tatuajes persas, orejas perforadas con piedras a la usanza lapita, tótems altaicos, y vio que desde el cuello del hombre nacían caracteres móviles que pasaban del tibetano al armenio al mandarín al quechua vertiginosamente. Un solo hombre, un solo vehículo y muchos espíritus. Ricci decidió entrar en uno de los bordes del mapa. Entonces, ahora ¿qué? Varias voces respondieron que con esta última parte del mapa podían empezar a trabajar en ampliar los límites. Arraigados a este cuerpo, desarraigados de la tierra podremos empezar a colonizar el espacio. Ricci sonrió, eso es imposible, el espacio es lo divino e inmutable, es dios, ¿cómo entrometerse ahí sin fundirse? Para eso están los mapas. Los ojos eternos de los heréticos reunidos en el vehículo Hangul brillaron. Una nueva forma de espíritu que se fundía sin perder sus particularidades, seguro habría gran resistencia, pero las huestes celestiales estaban viejas y cansadas. ¿Qué espacios podrían colonizar? Los mapas nanodimensionales y las cartografías multiversales empezaban a abrirse.