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Debería hablar de esa música que
atraviesa
las paredes de casa
música que no sale de mí
y ni siquiera es del edificio,
tal vez venga del más allá
donde alguien la esté haciendo sonar
solo para que yo la escuche.
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De pronto es importante cocinar golpear con el palo de madera la masa cerebral despabilar los días porosos en los que no salimos de casa ni nadie nos visita. |
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Visualizamos caminos de piedras chatas gastadas por el roce de la orilla aunque sabemos que del lago no se conoce su profundidad y que en el fondo hay diamantes. |
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Si alguien se asomara de noche nos vería rayados por las luces que vienen de la calle alrededor de nuestros cuerpos, una
línea de tiza como caídos desde el techo o después de una balacera. * |
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Cuando todo está sereno temo la llegada de lo sobrenatural en cambio rompe el silencio una alarma intermitente de auto. |
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¿Entonces siempre estuviste ahí esperando acurrucado el momento en que no estuviéramos prestando
atención? * Semana de lluvias desde la ventana todo se ve mojado y
gris el agua lleva y trae su pena. En días así, genero mi propio calor no espero palabras amables. |
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* Este es el sonido del agua rebotando contra el parejo asfalto de la
autopista este es el sonido del agua rebotando contra los capots este es el sonido del agua rebotando contra los techos de las casas que
rodean la autopista este es el sonido del agua rebotando contra las cabezas de los que esperan
que cambie la luz para cruzar este es el sonido del agua rebotando contra la piedra que divide la
autopista, la calle y mi casa este es el sonido del agua rebotando contra los perros que no encontraron
refugio este es el sonido del agua rebotando. |
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Ibas a abrazarme pero en vez de eso me
quemaste con una fuente que sacabas del horno vimos mi mano que empezaba a enrojecer. Alguien podría decirme de mis heridas yo prefiero desperdiciar la juventud en algo que sea realmente un
desperdicio pero este es mi romance intentar la cercanía la mano punteada por el fuego las papas en el piso. * Mínimos agujeros en mis brazos. Varias veces en la semana recuerdo a la enfermera diciéndote, ves tu mujer no tiene la sangre azul. Lo que de ahí salga no volverá a
entrar. * |
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