es posible que jamás seamos
invernales
como los apancles
que bajo nuestros pies no crezca
más la hierba
es posible, pues
que sigamos siendo lo que somos
hasta ahora
copitos de caca cayendo
dulcemente
a lo largo y ancho de la noche
es posible, repite mi voz perdida
que en la nariz del siglo dejemos
de existir o existamos, peor aún
oh, hermanos copos, empapelaremos
el suelo
cuando por fin toquemos tierra
y otros copos vengan a
oscurecernos el sol
y a darnos una suave lección de
olvido
Inédito, 2018