La primera vez que Bas Jan
Ader naufragó tenía diecinueve años, el barco en que viajaba de América hasta
Europa encalló en las playas de California y Ader se quedó viviendo ahí por
diez años. El día en que dijiste que no podíamos estar juntas lloré, y yo nunca
lloro, creo que eso te asustó porque me pediste perdón por mucho rato. Dijiste
que tenías pena de que estuviéramos tan atrapadas, pero luego nos quedamos
atrapadas, como Ader en América.
A los treinta y tres años,
Bas Jan Ader se subió a un pequeño velero en el verano de 1975, en Inglaterra,
con la intención de atravesar el océano Atlántico. Después de tres semanas de
viaje, se perdió la comunicación y ocho meses después hallaron la embarcación a
la deriva, cerca de las costas irlandesas. El cuerpo de Bas Jan Ader nunca fue
encontrado. Escribes diciendo que hace mucho que “no puedes dibujar”, lo que en
ti significa algo grave, porque dibujas siempre. Dices que no puedes ni mover
las manos, en algún punto todo se quedó ahí, quieto, inmóvil al igual que el
cuerpo de Bas Jan Ader en el minuto en que decidió rendirse al mar, en el
minuto en que decidimos rendirnos.
Inédito, 2021