Selección
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Apenas adolescente, la perspectiva de
la muerte me horrorizaba; para huir de ella corría al burdel o invocaba a los
ángeles. Pero con la edad nos acostumbramos a nuestros propios terrores, no
hacemos nada por quitárnoslos de encima, nos aburguesamos en el Abismo. Y si
hubo un tiempo en que envidiaba a esos monjes de Egipto que cavaban sus tumbas
para llorar sobre ellas, si cavara ahora yo la mía, sería para no arrojar más
que colillas.
París, 1952
en Silogismos de la amargura, 1990
Traducción
de Rafael Panizo