22/3/22

Decisiones fundamentales*, por Manfred Werder





Se trata de llegar a experimentar material y tiempo. Ambos son la verdadera condición básica. Podemos pensar en 4’33”de John Cage como una actualización de esta condición básica que disuelve el arte en la utopía de un modelo de sociedad. En una superficie social moldeada, este corto vacío definitivamente ha hecho de la realidad y nuestra relación con ella el objeto de nuestro trabajo. El trabajo se ha vuelto el modelo de lo social. El material de nuestro trabajo, por lo tanto, se muestra de manera fácil y a la vez muy compleja, puesto que contiene efectivamente todo lo que aparece en una actualización. Reconocemos, entonces, más claramente el material en el sentido de unas condiciones generales. Un aspecto central del trabajo es dejar abierta esta apertura solo mediante pocas decisiones; ni más ni menos, puesto que se inserta con cada decisión una perspectiva y una forma de leer. Es evidente que todo lo que pensamos y tocamos ya contiene algo prescrito y pre-decidido, sin embargo, necesitamos empezar en alguna parte. Vemos claramente el alcance de las decisiones, pues, ¿en dónde marcamos el límite entre lo pre-decidido y las verdaderas decisiones? Aclaremos el material. Pensamos —por no empezar ya con el oxígeno— en la luz, en la naturaleza y en los seres humanos, su omnipresente sonar en el mundo, la arquitectura en tanto las divisiones en el espacio físico, los instrumentos, los sonidos. Trabajamos, pues, preferentemente con la luz natural y con una arquitectura que no nos priva de lo exterior convirtiéndolo en algo perturbante y hostil, porque sabemos bien que las decisiones sobre la luz y el espacio pertenecen, verdaderamente, al plano de la composición; sabemos también que ya han alterado fundamentalmente nuestras reflexiones. Las decisiones necesitan, entonces, mutuamente y en un equilibrio actualizado permanentemente, comentarse y a la vez disolverse. Hablan siempre de las condiciones de la actualización, de las suyas y a la vez de las generales, así como marcan en este mismo instante solamente el tiempo para experimentar mediante dos puntos leves, un comienzo y un fin. El trabajo, finalmente, es el intento de interpretación de lo que al llegar encontramos. Ponemos las intervenciones más mínimas, in situ, es decir, en el mundo —intervenciones que no ponen en este lugar algo nuevo o privado, sino que meramente indican nuestra ligazón fundamental con este mundo.




* El texto forma parte del programa para el concierto realizado el martes 18 de diciembre de 2001 en Saint Cyprians Church, Londres, junto a Tania Chen, Michael Parsons, Rhodri Davies, Simon Allen y David Ryan. En esa ocasión se ejecutaron concurrentemente las obras Triad, de Cornelius Cardew, August 2001, de M. Parsons, For 1, 2, or 3 people, de Christian Wolff y for one or a few performers, de Manfred Werder.