Miro la vega en lo alto
ajustándome al tiempo que no cesa
en el centro de la vega late un grito:
es el verde del Islam y de las viñas.
Tu memoria llora a recuerdo tendido
nadie deberá decirte pobre ni que solo estás
menos ahora que se agusana el pretérito
y que el presente sigue malcriando palabras.
Por eso verás aquí raíces petrificadas
y horas como sanguijuelas en mi rostro
y el verano tan violento
picoteando un “río de pájaros pintados”.
En tus ojos un niño contó tus otros niños
aprisionó un vocabulario con tono de frontera
buscó el regazo de una madre sin agujas
para descoser los labios de la niebla
y hablara entonces el hombre de los átomos de luz.
Montevideo es parte de un bullicio negro.
La triza de un mapa entre la tierra
donde el odio atranca una sonrisa
y detiene tu intención de dormir sobre tu sombra.
en Por eso escucho la lumbre, 2022