28/5/20

Strike first, strike hard, no mercy: sobre DIARIO DE LA PESTE de Manuel Illanes, por Edgardo Mantra






Anoche, vi completas las temporadas uno y dos de Cobra Kai. Construyo entre recuerdos y referencias lo siguiente: ¿Qué parentesco hay entre el Sr. Miyagi y Manuel Illanes? Supongo, asumo: la experiencia. Ambos son héroes de distintas guerras. Pero guerras finalmente. Y sobreviven de maneras extrañas, fuera de su país.

Primera parte: nosotros usamos el karate solo para defendernos o para defender a otros. Nunca lo usamos para atacar. Diario de la peste (G0 Ediciones, 2019, Chile) nos brinda un Manuel Illanes pasajero, sin boleto, ilegal, retinal, transitando las calles de Ciudad Lumpen. Y aquí surge lo que considero es el eje constitutivo del libro: el paisaje recorrido. De exploración. Contemplativo, heroico y frustrado. Pero no frustrado a causa de un espíritu de desánimo por el autor. Sino frustrado por la realidad. Cualquiera que lo lea, encontrará la madurez recrudecida, de lecturas, escritura, un cuerpo enfermo con el peso de años encima, de vivencias en varias capas del inframundo. Los días como artista del hambre:

1) Tarot de la carretera (viajero)
2) Crónica de Tollan (místico)
3) Memorias del inframundo (violento)
4) Paraíso Inc. (migrante)
5) Diario de la peste (cruel)

Ya sea como concepto de revolución o samsa en la cloaca el paisaje sigue siendo la misma ruina. Diario de la peste pone al descubierto la desigualdad, las voces fantasmales que provienen de un mal recuerdo, la muerte en vida. Brincos del chile habanero al rocoto. Donde lo restos de un gran buffet que parecen referentes absurdos, son los parajes cartográficos y punto de fuga que relatan el éxodo y el reconocimiento en la megalópolis. Ciudad Lumpen (parte II del libro y sección en prosa) es evidentemente Santiago. Cualquiera que tenga una relación con una gran ciudad, puede sentirse identificado. El libro es unidireccional en este sentido, es cosmopolita, maneja una asimilación de la violencia global “particular, la del margen, la de los derrotados”:

I) Diario de la peste es una introducción a un multiverso.
II) Ciudad Lumpen es una descripción del páramo al que hemos sido arrimados (a propósito de una construcción en ruinas, caminatas arqueológicas e insolación).

Segunda parte y a manera de conglomerado: Dicen que la poesía y sus trabajadores terribles mantienen una llama viva en el hígado de Prometeo. | El limbo es un buen lugar para zánganos como nosotros / pero yo no veo piedra alguna a mitad del verso. | Veo, caminos de tierra. | Hoy es más barato estar muerto que vivo. | Eso dicen, eso dicen:

Los caminos que se divisan en el universo illanesco, la mitología: Bodhisattva, Cristo, Anubis, Mictlantecutli. Los referentes: Rimbaud, Eliot, Berryman, Burroughs. El perpetuo migrante: los chilenos, haitianos, centroamericanos, nosotros. Y una pregunta realista: ¿Por qué Diario de la peste no es una antología? Respondo: y aunque los puertos que conducen a la ciudad se cierren, habremos rozado la última noche de la salida del laberinto, el inicio de la senda que mantiene oculto nuestros días.

Tercera parte y conclusión: la manera en la que Manuel Illanes embellece el entorno, puede ser desoladora: una bomba molotov, las instrucciones para reventarle la cabeza a... LA REALIDAD. Y hay que estar preparados.

En un sentido estrictamente anticipatorio, las reglas de Cobra Kai, no resultan antagónicas a sus textos. Incluso, son un insumo de primera necesidad:

1) STRIKE FIRST
2) STRIKE HARD
3) NO MERCY



en La Real Escrúpulos Magazine, 26 de abril de 2020