Si tiene el mundo la forma del lenguaje
y el lenguaje la forma de la mente,
la mente son sus plenos y vacíos
no es nada, o casi nada,
y no puede salvarnos.
Así habló Papirio. Ya era noche y llovía.
Pongámonos a salvo, dijo,
y avivó el paso
no advirtiendo que era suyo
el lenguaje del delirio.
versión de José Ángel Valente