Jagger y Richards entonan un coro
de
alabanza interminable a la sal de la tierra
I
A la orilla del mundo,
enterrada en el cauce
seco
de la Historia & sus
meandros,
la sal de la tierra
habita
en cubículos de 2 x 3
donde se cruzan felinos
deseos
& el incesto es el
nombre de una sobrina
pronunciado sordamente en
los labios.
Ocasos de cerveza barata,
un grasoso paraíso en
restaurants de Independencia.
La sal de la tierra se
multiplica
ignorando las pálidas
fronteras,
brazos morenos, perfil
quechua.
-Pero tesón, siempre
tesón!:
& a veces, ligero
remanso,
un domingo tibio de mayo
en que rojas flores de
plástico
atemperan la atmósfera.
en Exilios, Inédito