5/1/17

La amor de Charlie Brooks, por Diego Maquieira



 

Estábamos todas sentadas en el saloncito
en una exhibición privada que hicimos
de mujeres solas, para pasarnos películas
y acabar de una vez con la vida.

Y estábamos, como digo, soltando la lengua.

Cuando Charlie Brooks le dijo a su amiga
Te amo, antes de morir.
Estaba nervioso como si esperara sentir
algún cambio. Charlie probó su última cena
hasta que la aguja atravesó la pared.
Miró hacia arriba y bostezó. Fue un bostezo
largo, profundo. Luego comenzó a largar
suspiros, quizás durante quince segundos.

Podría decir que al concluir de bostezar
Brooks estaba muerto.



en La Tirana, 1983