3/7/23

Niños y adultos, por José Emilio Pacheco





A los diez años creía

que la tierra era de los adultos.

Podían hacer el amor, fumar, beber a su antojo,

ir adonde quisieran.

Sobre todo, aplastarnos con su poder indomable.

Ahora sé por larga experiencia el lugar común:

en realidad no hay adultos,

sólo niños envejecidos.

Quieren lo que no tienen:

el juguete del otro.

Sienten miedo de todo.

Obedecen siempre a alguien.

No disponen de su existencia.

Lloran por cualquier cosa.

Pero no son valientes como lo fueron a los diez años:

lo hacen de noche y en silencio y a solas.

 

 

 

en La arena errante, 1999