El paisaje salía de tu voz
y las nubes dormían en la yema de tus dedos
De tus ojos cintas de alegría colgaron
la mañana
Tus vestidos
encendieron las hojas de los árboles
En el tren lejano iba sentada
la nostalgia
Y el campo volteaba la cara a la ciudad.
en Cinco metros de poemas, 1927