Una tarde esta última entre todas las tardes
Me habéis denunciado al séptimo demonio
Soy el navegante que detiene las mareas
Al lado de los deltas
Mis pasos entre larvas
No quieren perecer
Vosotros habéis desaparecido sin oírme
Ni nada saber de la clave del gran día
Vista en un licor de oro
Sobre las colinas donde mis 'panteras
Han devorado a sus hijuelos
Cuándo la tempestad dejará para mí sortilegio
En los más bellos ventisqueros
Soy el refugio de las hechizadas inviolables
La inscripción onírica del emigrante
Me interpreta en la sombra del astro
Me habéis amado por error
Os habéis creído vuestras mis sonrisas
Crimen del licántropo he soñado tus vampiros
No soy el que esperáis
Mi espectro ya ha pasado
Hacia la alquimia negra
en El orden visible, 1956