12/3/19

Aves, por Tomaž Šalamun





Soñé que de la boca le corría sangre.
Estaba tendido en la arena y miraba al vacío.
En derredor se podía oler la fragancia de las rocas.
Le pisé con mis zapatos y le trituré
la nariz. Me pareció que las aves
le temían. Que no le destrozarían
si el hilo de sangre fuera muy tenue. Le quebré
el cuello en la nuca. Con las orejas y
las mejillas hice una mescolanza. Empapado
de arena, crujía. El cielo se
hundió y se hizo más profundo. Las aves
comenzaron a reunirse en bandadas, acercándose.



en Las montañas, que están toda la vida (Antología), 2004