6/4/20

Traducir la idea, por David Lynch






Para mí, cada película, cada proyecto, es un experimento. ¿Cómo se traduce esa idea? ¿Cómo la traduces de manera que pase de idea a película o a silla? Se te ocurre una idea y la ves, la oyes, la sientes, la sabes. Pero pongamos, por ejemplo, que empiezas a tallar un trozo de madera y, a pesar de los esfuerzos, no te queda bien. Eso te da que pensar, te sirve de punto de partida. Actúas y reaccionas. De modo que conseguir que todo quede correcto se convierte en una especie de experimento.

Cuando meditas, ese flujo se incrementa. La acción y la reacción se aceleran. Tomas una idea de aquí y luego otra de otro sitio. Es como un baile improvisado. Vas muy rápido, a toda vela.

Y no es fingido; no es uno de esos programas para sentirse bien en los que te dicen: «Detente a oler las rosas y tu vida mejorará». Viene de dentro. Tiene que nacer de lo más profundo e ir creciendo cada vez más. Hasta que las cosas cambian de verdad.
 
Así que trasciende, experimenta el Yo —la conciencia pura— y observa lo que ocurre.



en Atrapa el pez dorado, 2008