11/3/08

La cosecha, por Friedrich Hölderlin






Los frutos de la cosecha ya están maduros, hundidos en la llama
y cocidos, probados por la tierra. Y es ley
que todo vuelva allí, también
las proféticas serpientes que sueñan
en las colinas del cielo. Y hay
mucho que conservar,
como sobre los hombros un haz de leña.
Malos están los caminos. Y como los caballos,
se van los prisioneros Elementos
y viejos Principios de la Tierra.
Y siempre hacia la disolución tiende un deseo,
pero hay mucho que conservar. Y la lealtad necesaria.
Mas nosotros no queremos mirar adelante
ni hacia atrás. Preferimos dejarnos mecer
como una oscilante barca en el mar.