a Nelson Schwenke y Marcelo
Nilo
Junto a los muelles parece
de aluminio el Potomac.
El capitolio florece al
fondo de una bruma azul.
Las luces de los aviones no
cesan en su fulgor,
iluminando los camarones en
nuestros platos.
Mejor que nunca es el vino
cuando se bebe
entre amigos que cantan.
Cuando el alma está
en paz i el corazón late
sin prisa, porque el trabajo
está bien hecho.
Como barcos de otra época,
amarrados en los muelles
de las afueras del
universo, nos sentimos.
Ni jóvenes ni viejos, no
hay expectativas,
ni sobreviven las dudas:
sagrados i jubilosos son los días.
Es nuestro karma encontrar
la felicidad
a orillas de un río.
en
Una casa junto al río (Antología,
Descontexto Editores), 2016
(Originalmente
en Wekufe en NY, 1995)